
¿Tengo adicción a la dopamina?
¿Existe la adicción a la dopamina? Mitos y realidades sobre el sistema de recompensa
Hace unas semanas, un paciente me preguntó: “Miriam, ¿crees que tengo adicción a la dopamina?”
La pregunta no me sorprendió. En redes sociales circulan cada vez más vídeos que hablan de la dopamina como si fuera una sustancia adictiva en sí misma, generando confusión sobre cómo funciona nuestro cerebro.
Mi respuesta corta fue: no, no existe la adicción a la dopamina.
Pero la explicación larga es mucho más interesante. Porque entender el sistema de recompensa cerebral te puede ayudar a mejorar tu motivación, regular tus emociones y cambiar hábitos con mayor compasión y eficacia.
¿Qué es la dopamina y cuál es su función en el cerebro?
La dopamina es un neurotransmisor natural que participa en funciones clave como:
- El aprendizaje
- La toma de decisiones
- El movimiento
- Y, sobre todo, la anticipación del placer
Es importante saber que la dopamina no se libera cuando algo nos gusta, sino cuando nuestro cerebro predice que algo podría gustarnos. Actúa como un sistema de GPS interno que orienta nuestra atención, energía y conducta hacia lo que considera valioso.
Entonces, ¿podemos volvernos adictos a la dopamina?
La respuesta es no. No podemos volvernos adictos a una sustancia que nuestro propio cuerpo produce y que regula cientos de procesos.
Lo que sí puede ocurrir es un desequilibrio en el sistema de recompensa. Es decir, una relación disfuncional con los estímulos que activan este circuito:
- Búsqueda constante de gratificación inmediata (pantallas, algunos alimentos, redes sociales...)
- Falta de motivación para tareas cotidianas
- Cansancio mental, impulsividad o dificultades de concentración
Este desajuste no es una adicción a la dopamina, sino un problema de autorregulación emocional y motivacional.
Lo que sí puede generar adicción
Algunas conductas o sustancias pueden generar una activación disfuncional y repetida del sistema de recompensa, como:
- El juego patológico
- El consumo de drogas como la cocaína
- Las conductas compulsivas (como compras o consumo excesivo de redes)
En estos casos, lo adictivo no es la dopamina en sí, sino el circuito completo que incluye otras sustancias neuroquímicas y regiones cerebrales.
¿Qué desajusta el sistema de recompensa?
Este sistema puede verse alterado por:
- Estímulos constantes y de recompensa inmediata
- Estrés crónico, ansiedad o alta exigencia interna
- Condiciones neurodivergentes como TDAH, TEA o altas capacidades, que afectan la regulación dopaminérgica
¿Podemos engancharnos a TikTok o al móvil?
Podemos desarrollar una relación adictiva con el estímulo, pero no con la dopamina. Algunos ejemplos:
- Comer por ansiedad
- Revisar el móvil cada pocos minutos
- Buscar validación constante en redes sociales
Esto ocurre porque el sistema de recompensa se sensibiliza a estímulos intensos y frecuentes. Pero la buena noticia es que se puede reentrenar.
Mindfulness y sistema de recompensa: una relación transformadora
El mindfulness nos ayuda a:
- Salir del piloto automático
- Recuperar la atención plena
- Aprender a disfrutar de los estímulos más sutiles
No se trata de evitar el placer, sino de recuperar la capacidad de disfrutar con presencia, sin depender de una estimulación constante.
Una práctica sencilla para empezar hoy:
Antes de abrir una app, picar algo o poner una serie, haz una pausa de 15 segundos.
Y pregúntate: ¿Qué estoy buscando ahora mismo?
No es para evitarlo ni para juzgarte. Es para tomar una decisión más consciente.
En Cara Norte trabajamos estos temas en profundidad
A través de nuestros talleres de mindfulness, acompañamos procesos de:
- Ansiedad
- TDAH
- Gestión emocional
- Pensamientos obsesivos
- Hábitos desregulados
→ Consulta nuestros talleres de mindfulness o contáctanos para más información.
Miriam Coll
Psicóloga en Cara Norte